Las dudas por la posible vinculación del preparado de AstraZeneca con algunos casos infrecuentes de trombos entre los millones de vacunados se han traducido en una estrategia cambiante en diferentes países de Europa en su aplicación por tramos de edad. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha concluido que estos deben incluirse como efectos secundarios muy raros en el prospecto, pero al igual que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la agencia reguladora británica, ha abogado por seguir usándola e insiste en su mensaje de que los beneficios superan con creces el riesgo.