El sector bancario español vive durante este curso una nueva oleada de despidos de trabajadores y cierres de oficinas. Una oleada que, en realidad, es una continuación de la que vive la banca desde la pasada crisis financiera. Esta evolución, impulsada por la concentración de entidades financieras y la búsqueda de una rentabilidad que nunca termina por aumentar, han convertido a España en uno de los países europeos donde las cinco principales entidades han ganado más cuota de mercado, más trabajadores se han quedado sin su puesto y más oficinas han echado el cierre.