Ya se cumple más de una semana desde que el "no puedo respirar" de George Floyd, asesinado por un policía en Minneapolis el 25 de mayo, lleva inundando las calles de EEUU con gritos de rabia y frustración. La ola de protestas contra el racismo sigue presente este martes a lo largo de gran parte del país, pero solo en Nueva York, uno de los principales focos de las manifestaciones, se han producido más de 700 arrestos durante el primer toque de queda decretado en la ciudad en casi 80 años.
Tras una larga jornada de protestas pacíficas este lunes, la situación cambió al caer la noche, con incendios por las calles, destrozos y robos en tiendas y choques entre los agentes y grupos de jóvenes.