La paralización de las obras no esenciales, adoptada por decreto con motivo del estado de alarma a consecuencia de la pandemia de coronavirus, cumple este lunes su primera semana con la conclusión por el sector de la construcción de que aumentarán las pérdidas económicas y el desempleo.
La medida que obliga a parar la actividad también no esencial en España afecta al mes a 1,8 millones de trabajadores de la construcción directos y otro medio millón indirectos, según calculó la patronal de las constructoras y concesionarias de infraestructuras (Seopan).
Incluso, si el estado de alarma durara dos meses provocaría unas pérdidas próximas a 3.000 millones de euros, según las estimación de la patronal de la reforma Andimac.
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