La idea no es nueva. Pero, si se llevara a cabo, sería revolucionario. No porque acabara con el capitalismo, sino porque sería la primera vez que la eurozona emitiera sus propios bonos, sus propios fondos de garantía europeos, en lugar de los 19 de cada Estado miembro del euro, ante una situación de emergencia. Y sería revolucionario porque es uniría al cambio de paradigma con respecto a la anterior crisis que supone que la UE haya activado las cláusulas de escape y de flexibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para que todos los países de la UE queden exentos de sus objetivos de ajuste estructural para este año: es decir, que puedan gastar lo que necesiten para afrontar las consecuencias de la crisis económica causada por el COVID-19.
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