El Pentágono ha afirmado este jueves que el ataque en el que murieron el vicepresidente de las milicias chiíes iraquíes Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, y Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución de Irán, en Bagdad buscaba "disuadir" futuros planes de Irán. El líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatola Ali Jamenei, ha respondido que los responsables de la muerte del general Qasem Soleimani se enfrentan a una "dura venganza".
En un comunicado publicado por medios oficiales persas, el ayatolá Jamenei culpa a la "gente más cruel de la tierra" del asesinato del "honorable" comandante que "luchó valientemente durante años contra los males y los bandidos del mundo": "Su fallecimiento no detendrá su misión, pero los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires en el ataque del jueves por la noche deben esperar una dura venganza".