La UE ha acordado este miércoles crear un sistema comunitario de clasificación, o taxonomía, para facilitará a empresarios e inversores un lenguaje común para identificar qué actividades económicas pueden considerarse medioambientalmente sostenibles.
En la actualidad, no existe un sistema de clasificación común, ni a escala comunitaria ni global que defina qué actividades económicas son medioambientalmente sostenibles. La regulación propuesta por los Estados miembros en el Consejo de la UE pretende dos objetivos: reducir la fragmentación resultante de las iniciativas del mercado y las prácticas nacionales; y reducir el lavado ecológico –vender productos financieros como verdes cuando no cumplen estándares medioambientales.
Así, la posición de la UE se centra en seis aspectos ambientales: la mitigación del cambio climático; la adaptación a él; uso sostenible y protección de recursos marinos y acuáticos; transición a una economía circular, incluido el reciclado y reducción de residuos; control y reducción de la contaminación; y protección y recuperación de ecosistemas.