“Yo no quiero ningún privilegio para Catalunya, pido cosas justas. Catalunya no puede ser la tercera en aportar recursos, y la decimocuarta en recibir recursos”. Con esta declaración de hace apenas una semana, Salvador Illa, el líder del PSC (Partido de los Socialistas de Catalunya), tendió la mano a ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), el principal partido nacionalista del que depende su investidura como presidente de la Generalitat. Solo unos días después, el presidente del Gobierno de coalición de España, Pedro Sánchez, asumió el lenguaje de los 'republicanos' al considerar “factible” una financiación singular para la región.