Los chistes sobre la homosexualidad masculina y los problemas para pronunciar que tienen algunas personas hicieron famosos hace décadas al dúo de cómicos Bertín Osborne y Arévalo en España. Las chanzas sobre ‘mariquitas’ y ‘gangosos’ les funcionaron durante veinte años, hasta que el público comenzó a rechazar y señalar lo improcedente de sus gracietas. Dichos artistas consideran que han sido víctimas de ‘la dictadura de lo políticamente correcto’ que ha acabado con el sentido del humor del país, sin plantearse ningún otro motivo por el que sus bromas hayan dejado de ser válidas o simplemente ya no hagan gracia.