"Llevaba tiempo sin que me llamara nadie. Vivía con mi madre y, un día, al llegar a casa y ver que no tenía ni un duro ni comida, le dije: 'Me voy al metro a leer poemas a ver si me dan algo'". El intérprete Carlos Olalla tenía 59 años cuando tomó esta dura decisión en 2016. Su madre, también actriz, no solo apoyó su postura, sino que quiso acompañarle. "La gente respondió de maravilla, incluso dentro de la profesión al ver que estábamos visibilizando una situación que afecta a más del 90% de la gente que nos dedicamos a esto, nos echaron una mano", recuerda ahora a este periódico.