En Halloween, al igual que cualquier efeméride que se preste, las listas de qué escuchar, qué ver o qué leer suelen brotar como setas. Esta fiesta pagana de origen celta celebraba antiguamente el final del verano, pero a lo largo de la historia se ha ido transformando hasta el punto de crear todo un imaginario a su alrededor que va desde la calabaza más típica hasta las llamativas calaveras mexicanas.
Pero hay un factor que une a todas estas representaciones independientemente de si la llamamos Noche de Brujas o día de Todos los Santos: la demostración del horror, de lo deforme, de criaturas que, por un día, sí tienen permiso para vagar a sus anchas por el reino de los vivos.
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