Los pescadores viven con preocupación las negociaciones que se abren este viernes entre el Reino Unido y la Unión Europea y temen convertirse en la moneda de cambio de los acuerdos al ser la pesca uno de los puntos donde los británicos tienen un mayor control.
En las localidades que bordean el Canal de la Mancha, en la llamada Costa de Ópalo, el sector de la pesca ve amenazado su futuro, y no son los únicos. La preocupación de los países europeos que intervienen en aguas inglesas, como España, Dinamarca, Alemania, Bélgica y Holanda, ha puesto la pesca como una de las principales cuestiones de discusión en la agenda del Brexit.
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