En política, Sigmar Gabriel lo ha sido prácticamente todo. Le ha faltado únicamente ser canciller, un cargo que en los últimos tres lustros y hasta 2021 seguramente quede en manos de la canciller Angela Merkel. A Gabriel le puede quedar el consuelo de haber sido vicecanciller entre 2013 y 2018. Por sus manos también han pasado la cartera de Medioambiente, la de Economía y la de Asuntos Exteriores. Las tareas de jefe de la diplomacia germana fueron sus últimas responsabilidades en el Ejecutivo.
Por todo ello, a nadie le cabe duda de que Gabriel goza de una insondable agenda. Tal vez ese sea un argumento lo suficientemente convincente para entender ahora por qué el Deutsche Bank le ha propuesto para que integre las altas instancias del banco, la mayor entidad financiera de la zona euro.