En Estados Unidos, la industria de la carne vacuna está formando un ejército de personalidades influyentes y ciudadanos activistas para amplificar un mensaje clave para su éxito futuro: no hay que preocuparse demasiado por la creciente atención en torno al impacto medioambiental de la producción ganadera.
En particular, a la industria estadounidense de la carne le gustaría que no nos preocupemos demasiado por cómo debemos reducir el consumo de carne si queremos evitar las formas más extremas del calentamiento planetario (incluso si mañana mismo se terminara con todo el uso de combustibles fósiles).