A medida que crece la preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en Gaza, el ministro de Energía israelí, Israel Katz, ha dicho que el rígido bloqueo impuesto sobre el enclave densamente poblado tras el ataque de Hamás no se levantará hasta la liberación de todos los rehenes que fueron secuestrados por las milicias palestinas, que se estiman en más de centenar –civiles y militares–.
"No se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ninguna tubería de agua y no entrará ningún camión de combustible", ha escrito este jueves Katz en X (antes Twitter), hasta que no haya la liberación de al menos más de cien cautivos que Hamás y Yihad Islámica mantienen bajo su control dentro del enclave palestino, donde viven alrededor de 2,3 millones de personas –de las cuales la mitad son niños– y que ha sido bombardeada sin pausa por el Ejército israelí en los últimos cinco días.