Construido bajo los cánones del Beaux-Arts francés e inspirado en los palacios Louvre y Chantilly, el Palacio Paz fue inaugurado a comienzos del siglo XX en ese lugar de la ciudad de Buenos Aires que técnicamente se llama Retiro pero sigue siendo Recoleta. Dentro de la residencia, una alfombra roja conecta salones inmensos, poblados con pinturas neoclásicas, candelabros y armarios de madera parcos, que bien podrían producir una sensación de quietud de no ser por las arañas de cristal que acechan desde el techo. La estética va mutando a medida que uno recorre los distintos ambientes, los pisos alternan dibujos y figuras, se cruzan esculturas, aparecen vitrales góticos, pero las arañas siguen vigilando.
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