La filial francesa de la compañía sueca Ikea ha sido multada este martes con un millón de euros por un tribunal francés por espiar a sus trabajadores, en un caso que se remonta a 2012. Además, el antiguo director general de Ikea en el país galo, Jean-Louis Baillot, ha sido condenado a dos años de prisión, aunque suspendidos, y a una multa de 50.000 euros por el Tribunal Correccional de Versalles.
Otros diez antiguos empleados o directivos de la firma han sido sentenciados a penas menores de cárcel, que también quedaron suspendidas, así como a sanciones económicas más leves, mientras que dos más fueron absueltos.
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