El 1 de enero echó a andar por completo la ley PSD2, conocida comúnmente como la de medios de pago, que, entre otras cuestiones, abre los datos de los grandes bancos sobre sus clientes a plataformas tecnológicas como las fintech para procesar nuevos servicios como los pagos online o la agregación de productos. La norma nació con las críticas por parte de las grandes entidades bancarias y ahora, dos meses después de su aplicación, las fintech lamentan que los bancos "no cumplen con las exigencias" de la norma.