A Oriol Barri, un joven músico catalán cuyo abuelo murió la semana pasada, le han dicho que no pare. Que su lucha no acabe con el coronavirus. "Es como Greta, la del cambio climático", ríe. "Cuando la gente tiene un referente, es más fácil continuar".
La historia de Oriol es la de una familia a la que el grupo funerario más grande de España, Mémora, intentó colocar un "ataúd especial" y un velatorio inexistente por 1.500 y 420 euros, respectivamente. "Con la excusa del coronavirus nos dijeron que debíamos comprarlo", cuenta. "En ese momento haces lo que haga falta. Pero cuando vimos el precio llamamos, dijimos que no.