El Parlamento de Bolivia ya tiene los proyectos para agilizar las nuevas elecciones, con las que se busca pacificar un país donde la violencia tras los anteriores comicios supera los treinta muertos, a los que se llora con rabia.
La autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez, aparecía a primera hora a las puertas del Parlamento en La Paz advirtiendo de que iba a llamar a las urnas por decreto, como sucedió en la anterior crisis de semejante gravedad en el país en 2005. Mientras, en la vecina ciudad de El Alto se lloraba a los muertos que la Defensoría del Pueblo sospecha que pudieron caer por disparos de militares, aunque el Gobierno provisional lo niega.
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