Las familias de los empresarios que se enriquecieron durante el franquismo deberían pedir perdón por cómo aumentaron su patrimonio, un proceso de reparación moral que en España ni se ha iniciado. Esa es la tesis del periodista Antonio Maestre en su libro "Franquismo S.A.".
Los herederos de aquellos empresarios -con apellidos como Oriol y Urquijo, Villalonga, Villar Mir, Entrecanales, March, Muñoz Ramonet, Espinosa de los Monteros, Barrié de la Maza, Fierro, Sagnier, Muro, Domecq o Marsans- siguen conformando el núcleo del poder en la actualidad, sin que se haya producido el necesario proceso de desfranquización.
En Alemania sí se ha realizado una desnazificación y algunas de las familias más poderosas, vinculadas con el nazismo, han pedido perdón públicamente, como es el caso de los dueños de BMW, la familia Quant.
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