"¿No oyes las chicharras?", dice Pepe, agricultor de 49 años de Linares (Jaén), al otro lado del teléfono. El hombre, autónomo, está trabajando sus tierras junto a dos agricultores más. "Esto es mortal, dicen que vamos a llegar a 46 grados. Ayer aguantamos hasta la una. Hoy vamos a cortar ya mismo", dice a las once y media de la mañana. Menos suerte corren dos obreros en una calle de Madrid, arreglando la acera en un barrio del sur de la capital.