Las películas de Naomi Rincón Gallardo están habitadas por criaturas extrañas y coloridas, seres híbridos que tejen alianzas frente a un capitalismo que asfixia al planeta y a sus habitantes más pobres. La investigadora y artista coge elementos de los mitos mesoamericanos, los altera y los relaciona con historias contemporáneas de rebeldía, esperanza y organización colectiva para lanzar dardos directos al centro de un sistema que se apropia de vidas, territorios y recursos de forma despiadada.
A la artista, que ha pasado por Madrid para la inauguración de la presentación de su trabajo en La Casa Encendida, le interesa representar lo que ella llama "contramundos”: “Mi trabajo es una hechura de inframundos y de contramundos porque son mundos que suceden a contrapelo de este presente en el que están renaciendo los fascismos en el planeta.
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