Son las ocho de la mañana en Argentina cuando Pedro Mairal se conecta para hablar con elDiario.es vía Zoom. A esa hora aún se oye a un grillo cantar de fondo en su escenario, pero la conversación arranca enseguida gracias a los sorbos de café y al carácter animado del escritor. A la batería de preguntas de la entrevista le precede el casi inevitable intercambio de información sobre cómo están las cosas a cada lado del charco, niveles de confinamiento, estado de ánimo general.
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