En el condado de Palm Beach, en Florida, coexisten dos realidades separadas por una autopista de un kilómetro. En el lado oeste del puente Royal Park vive la clase obrera, mientras que en la costa este habitan los ricos en sus lujosas mansiones. Por lo tanto, las víctimas de Jeffrey Epstein tardaban cinco minutos en pasar de la miseria a la casa del magnate, donde políticos y hombres de negocios habrían abusado sexualmente de ellas siendo menores de edad.
Asquerosamente rico ha vuelto a convertir el nombre de Epstein en tendencia por repasar el caso junto a una decena de mujeres, entonces niñas y adolescentes, que padecieron al depredador sexual entre los años 90 y 2000.
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