‘Mors certa, sed hora incerta’, reza el proverbio y nada es menos discutible. Nos pasará a todos. Distinto es conocer cuándo. Parafraseando a Hanna Arendt no sabemos de dónde procedemos cuando nacemos ni adónde vamos al morir. Así que si al ver el título del artículo ha decidido leerlo ya tenemos mucho avanzado porque pocas cosas provocan mayor inquietud que este debate.
Aunque el final sea el mismo, despierta muchas curiosidades. La historia de la ética las ha estudiado y las preguntas que se han hecho los filósofos no son muy diferentes de las que nos podemos plantear el resto.
Leer más: Aprender a morir para que no te pille desprevenido