La coincidencia en el tiempo del rodaje en 1963 de El verdugo, un alegato contra la pena de muerte y una de las obras maestras del cine español, con el fusilamiento del dirigente comunista Julián Grimau tras una farsa de juicio fue el detonante de la nueva novela de Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942).
"Se trató en definitiva", afirma el autor, "del último juicio sobre la Guerra Civil porque a Grimau le imputaban supuestos delitos cometidos durante el conflicto.