La protesta pacífica de los chilenos en reclamo de una sociedad más equitativa superó por primera vez en esta jornada a las manifestaciones violentas, que hasta ahora protagonizaban un estallido social sin precedentes que aún mantiene a casi todo el país en estado de emergencia.
Con cacerolas y cazos en las manos y con una consigna clara: "sin violencia", miles de chilenos lograron que su manifestación pacífica de descontento por una sociedad "sin abusos" se escuchara por encima de los episodios de violencia, aún existentes pero mucho más puntuales y esporádicos que en las pasadas jornadas.
"El pueblo ha despertado", se leía en alguna pancarta exhibida por un ciudadano en una de las muchas concentraciones de la capital, especialmente masiva en la céntrica Plaza Italia, pero también importante en otros puntos como Ñuñoa o en la misma puerta de la Escuela Militar de Santiago.
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