El peso de la industria alemana ha caído en la eurozona en los últimos años. Se trata de un retroceso insólito, que rompe con un estrategia de décadas que había fortalecido a la gran fábrica germana dentro de la Unión Europea (UE) y, sobre todo, entre los socios del euro y tras la gran crisis financiera. Esta debilidad ha tenido su traducción última en la contracción del PIB (Producto Interior Bruto) en un 0,3% en 2023. Por su parte, la eurozona ha resistido, de media, en positivo y la economía de España ha liderado el crecimiento en el área monetaria y cerrará el ejercicio con un 2,5%.