La soledad a menudo se asocia con las personas mayores: ancianos que viven aislados en sus casas o que se quedan sin apenas visitas en residencias para la tercera edad. Sin embargo, en Suecia esta imagen está empezando a cambiar para incluir también a las generaciones de adultos más jóvenes.
Los datos demuestran que los suecos tienden a vivir de una forma más independiente e individualista que en otros países europeos. En el país escandinavo, la edad más común para independizarse es entre los 18 y los 19 años, y la mayoría de ellos no pasa a vivir a un piso compartido o una residencia para estudiantes, sino que lo hacen solos.