El nuevo presidente de Guatemala, Alejando Giammattei Falla, recibirá este martes un país polarizado en el que la corrupción es la norma y del cual huyen al menos 300.000 personas cada año, en su mayoría indígenas bajo el umbral de la pobreza.
A Giammattei le tocará combatir en cuatro años los principales problemas que aquejan a los guatemaltecos desde hace dos décadas sin remedio: violencia, pobreza e impunidad.
No son nuevos conflictos para el país centroamericano, considerado por organismos internacionales como uno de los 10 más sangrientos del planeta y con los peores índices del continente en desnutrición crónica infantil (último según la Organización de Naciones Unidas), inversión pública en educación (penúltimo de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo) y corrupción (solo arriba de Nicaragua, Haití y Venezuela con base en un estudio de Transparencia Internacional).
Leer más: Alejandro Giammattei recibe un país con los mismos retos que hace dos décadas