Un grupo de niñas avanza entre las calles de Mbour con unos barriles azules sobre la cabeza. Con la mirada al frente y un equilibrismo propio del continente, las jóvenes caminan hacia la playa con los últimos rayos del sol. Cuando el agua toca sus pies vierten el barril: papel higiénico usado, residuos de comida y decenas de micro plásticos. Algunos montones de basura se los llevará la corriente mar adentro. Otros permanecerán cientos de años en la orilla de esta playa del sur de Senegal.