La Comisión Europea presentó este martes una nueva propuesta para que los estados miembros sigan las mismas reglas para calcular los impuestos que deben pagar las empresas multinacionales, el tercer intento en los últimos doce años para introducir una legislación que cuenta con el rechazo de varios socios del bloque.
En esta ocasión, Bruselas intenta salvar la oposición de socios como Irlanda o Luxemburgo con una versión diluida en la que renuncia a repartir los beneficios totales de un grupo empresarial que deban ser gravados entre los distintos países en los que la empresa ha tenido actividad.