"Una tomadura de pelo", afirma España. Y es que hasta la propia Comisión Europea reconoce que, tal y como está diseñado, el mecanismo que ha propuesto ella misma ni siquiera habría entrado en vigor en los peores momentos de la crisis de precios del gas vivida en agosto.
“Los episodios de agosto fueron de naturaleza similar a los que prevemos abordar con el mecanismo de corrección del mercado”, reconoce el Ejecutivo comunitario, “pero en realidad no habrían desencadenado la corrección. Lo hemos diseñado para anticipar y disuadir sucesos similares en el futuro, respetando al mismo tiempo las salvaguardas establecidas por el Consejo Europeo en términos de garantías de suministro y demanda de gas”.