Unos días después de la dimisión de Richard Nixon, en agosto de 1974, la oficina del fiscal especial que investigaba los posibles delitos del expresidente empezó a llenarse de pósters de la película King Kong. Era un toque de humor porque Leon Jaworski, el fiscal, tenía “un mono en la espalda”, una expresión coloquial en inglés para referirse a un problema que se arrastra, pesa y es difícil de resolver. Sus colegas hablaban del “problema del mono”.
“¿En qué espalda acabaría el mono: los fiscales, el Congreso, la Casa Blanca, el gran jurado, el tribunal?”, se preguntaban dos antiguos fiscales en su libro sobre el caso y según recoge el historiador Garrett Graff, autor de Watergate: A New History (2022), el libro más completo sobre el escándalo.