"Una decisión: pongo mi Leica en un armario. Harto de estar a la espera, persiguiendo, a veces captando la esencia del blanco y negro, el conocimiento de dónde está Dios. Hago películas. Ahora hablo a la gente que aparece en mi visor. No es fácil, ni especialmente exitoso". En 1959, un año después de publicar The Americans, considerado como uno de los libros de fotografía más influyentes del siglo XX, Robert Frank dejaba constancia de su voluntad por explorar nuevos caminos artísticos.