"De niño, mis padres me llevaban a manifestaciones, en lugares como Webster Hall y Manhattan Center. Daban discursos, montaban obras de teatro y cantaban canciones sobre la guerra en España". Son las palabras del descendiente de uno de los muchos españoles que emigraron a EEUU a finales del siglo XIX. Como él, decenas de miles de campesinos y obreros dejaron atrás su país y cruzaron el océano Atlántico en busca de un sueño: el americano.
Quizá no sea un capítulo estudiado en los libros de historia, pero esta ausencia tiene explicación. Nuestro éxodo a Norteamérica ha quedado diluido por el contexto que vivía dicho país: los españoles eran solo una gota en el océano de inmigrantes que estaban recibiendo.