El 9 de mayo de 1985, durante la celebración el Festival de Cannes, el prestigioso cineasta Jean-Luc Godard recibió un tartazo de un ciudadano ofendido por el enfoque (o la misma existencia) de su anterior película, Yo te saludo, María. El cineasta franco-suizo presentaba Detective, pero la sombra de su obra precedente le perseguía... incluso en lo financiero: declaró que había rodado ese nuevo filme para saldar las deudas contraídas con su anterior largometraje.
Yo te saludo, María se había estrenado en Francia el 23 de enero de ese mismo año. Y desde el primero momento, el proyecto había despertado controversias y algunos exabruptos periodísticos y clericales, aunque algunas voces habían emergido para intentar calmar la situación.