Más que los 52 millones de euros de multa y los dieciocho meses de cárcel a los que fue condenado Jaime Botín el pasado jueves por el contrabando de un Picasso, llamó la atención que la obra pasase a formar parte de las arcas del Estado. La sentencia apela a la Ley de Patrimonio Histórico Español para cambiar de manos la propiedad del cuadro Cabeza de mujer (1907), que desde su recuperación en 2015 se encuentra en el depósito del Museo Nacional Reina Sofía.
El exbanquero y patrón de Bankinter compró en 1977 de forma legítima la obra del pintor malagueño a una galería londinense, pero cuando en 2013 recibió una oferta de la casa de subastas Christie's (también en Londres) para venderla por 26 millones de euros, el Ministerio de Cultura le denegó la licencia para sacarla del país al "no existir una pintura semejante en todo el territorio español".
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