"Alberto no tiene un corazón, tiene un nido. Y desde ese nido, desde ese hogar construido rama a rama, desde el que nos enseña qué es volar (...), volar es mirar hacia dentro, pero sobre todo abrirte hacia el exterior sin pudor, sin preguntar si molesta tu presencia, sin disculparte por ocupar más espacio del esperado, sin dejar que los demás marquen tu vuelo. Eso es volar", expone el escritor Roy Galán en el prólogo que abre el primer libro de Alberto Velasco. Galán defiende que Pobre, gordo y maricón (Marli Brosgen, 2020) "no es el libro de una víctima sino de un superviviente".