Recordar a Salvador Dalí (1904-1989) es dar un paso más en la necesaria relación existente entre arte y ciencia. Desde su juventud, Dalí muestra interés en la ciencia y prueba de ello son los ejemplares de libros y revistas científicas que se encontraron en su biblioteca.
A pesar de ello, no tuvo una especial formación científica, aunque este interés sí que le permitió reconocer la importancia de la ciencia en la sociedad del siglo XX.
Sin más que observar algunos de los títulos de sus obras encontramos inmediatamente algunas referencias a la física: Idilio atómico y uránico melancólico (1945), Leda Atómica (1949) y también a la bioquímica, como en Paisaje de mariposas (El gran masturbador en un paisaje surrealista con ADN ) (1957), Galacidalacidesoxiribunucleicacid (Homenaje a Crick y Watson) (1963) o La estructura del ADN.
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