La columnista de the Guardian, Afua Hirsch, de ascendencia ghanesa, aseguró hace dos años que el enlace entre el príncipe Harry y Meghan Markle, una actriz mestiza, iba a "cambiar el debate racial en Reino Unido para siempre". Razón no le faltaba, pero mientras que ella lo planteaba de forma optimista, el resultado final ha sido el opuesto.
Desde que los duques de Sussex anunciasen hace una semana a través de Instagram que renunciaban al sueldo de la Corona británica para ser económicamente libres e independientes, el sector más conservador del país y los tabloides no han tardado en señalar a Markle como única culpable.