¿Para qué sirven unos objetivos de deuda pública del 60% del PIB y de déficit presupuestario del 3% si hay que suspenderlos cuando hay una crisis? “Resulta poco realista”, lamenta el informe sobre “La gobernanza económica de la Unión Europea (UE)” del Consejo Económico y Social (CES), publicado recientemente. Es muy significativo que esta frustración o sensación de “oportunidad perdida”, que comparten todos los expertos y economistas progresistas, se cuele en la valoración de esta institución oficial, cuyas posiciones responden al consenso entre empresarios (un tercio de su consejo), sindicatos (otro tercio) y organizaciones agrarias, pesqueras, de consumidores, de la economía social y consejeros independientes (el último tercio).