“No llego a contar los edificios que se han destruido, la vista no me alcanza. Solo puedo contar los que se han quedado en pie”, dice Suat Yenipinar, voluntario en los esfuerzos de rescate en Pazarcik, una de las decenas de ciudades afectadas por el terremoto de 7,8 que arrasó el sureste de Turquía el pasado lunes.
Ya son más de 6.000 los edificios que se han derrumbado por completo en la región y las estructuras colapsadas ascienden a 11.000.
Las autoridades aún no han podido evaluar el daño total en las infraestructuras de la región, pero se cree que pueden ser centenares de miles las edificaciones que han quedado completamente inhabitables.