Perú vive una situación de máxima tensión desde la celebración de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebradas el pasado 6 de junio. Cuatro días después, la sociedad esta polarizada y el recuento, muy igualado, aún no ha terminado. El candidato Pedro Castillo tiene una ligera ventaja; su rival, la conservadora Keiko Fujimori, ha denunciado sin pruebas fraude electoral y ha pedido que se anulen miles de votos a favor de Castillo; y ahora la Fiscalía ha elevado aún más la tensión al solicitar al juez que ordene prisión provisional contra Fujimori por una causa que tiene abierta.