El debate sobre el salario mínimo interprofesional (SMI) toca la puerta del Gobierno de nuevo. El Ejecutivo de coalición optó, como defendía la vicepresidenta Nadia Calviño, por no subir los salarios más bajos a comienzos de 2021 debido a la crisis por la pandemia. En contra tenía el criterio de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que calificó como una "injusticia" que se dejaran congelados los sueldos de los que menos ganan mientras se subían los de los funcionarios y las pensiones, por ejemplo.