La presión de los supervisores, las alertas sobre los riesgos climáticos y los posicionamientos de algunos grandes inversores están llevando al sector financiero parecen dar sus frutos y algo se mueve en los últimos tiempos, buscando reducir su presencia en los sectores más contaminantes. Prueba de ello son los anuncios realizados en los últimos días, casi a la par, por Banco Santander y BBVA. Ambas entidades españolas, las dos con mayor presencia en el exterior, han puesto fecha al abandono de la financiación de las empresas más expuestas a la producción energética con carbón o a la extracción de combustibles fósiles: 2030.