Hace tiempo que comprar en los mercados no es lo mismo. La mayor presencia de supermercados y la diferente rutina de las familias hacen que cada vez menos clientes elijan estos lugares para llenar la cesta de la compra. Los comerciantes llevan años vaticinando el fin inminente de los mercados de abasto, y, sin embargo, han conseguido sobrevivir al duro golpe de la pandemia. “Justo cuando estábamos a punto de volver a respirar, la guerra llegó y ha disparado los precios”, explica Paco Soto, que trabaja en una pescadería en el mercado de La Cebada de Madrid.