El viernes pasado, un lote de vacunas Sputnik V voló de Argentina a Rusia. Mientras miles de dosis llegan al país, estos viales hicieron el camino inverso: partieron de Pilar rumbo a Moscú para ser sometidos a un control de calidad del Instituto Gamaleya que, una semana antes, el 12 de abril, había enviado el principio activo para los ensayos.
Fue un proceso que comenzó hace dos meses, que hace 45 días tuvo el primer mano a mano en Moscú y que este martes avanzó un escalón clave cuando la web oficial de la Sputnik V confirmó que el laboratorio Richmond comenzará a producir a gran escala la vacuna y que Argentina será el primer país de Latinoamérica en hacerlo.