"Pongámonos manos a la obra, para que dentro de 30 años podamos decir viva Europa". Pero no ha dicho cómo. Quizá porque la cosa esté hecha; quizá por el perfil de Urasula von der Leyen; quizá por lo fraccionado del Parlamento Europeo y la diversidad de colores en los Gobiernos de los 27. O quizá por todo a la vez, pero lo cierto es que Ursula von der Leyen se ha presentado este miércoles a las nueve de la mañana en Estrasburgo para pedir el voto de la Eurocámara para su Comisión Europea.
Von der Leyen ha llegado con un mes de retraso, a causa de los tres comisarios tumbados en septiembre por el Parlamento Europeo –la francesa, el húngaro y la rumana–, con la vacante británica sin cubrir y después de enmendar importantes polémicas que acompañaron su arranque: el título de protección del estilo de vida europeo como cartera; la ausencia de la cultura en ningún título, así como la investigación y la pesca.