
Son las cinco y media de la madrugada en Ashgabat. Es noche cerrada, pero ya hay miles de personas repartidas por una de las principales avenidas de la capital turkmena. Son jóvenes universitarios que van perfectamente uniformados. Los chicos con camisa blanca, traje y corbata oscuros. Las chicas con un ajustado vestido largo tradicional de color rojo y el pelo recogido en dos largas trenzas. Unos y otras llevan la coronilla cubierta con el Talhya, el gorro-casquete típico del país. Muchos están sentados o incluso tumbados sobre las alfombras que decoran parte de las aceras. Llevan varias horas esperando y se les ve agotados.
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